San Cristóbal: Desde hace siete días, el ciudadano Teodoro Ortega ha estado sumido en una constante preocupación, buscando cualquier pista que lo conduzca a su hijo desaparecido, Manuel Ortega, de 17 años de edad. Según relata Teodoro, su hijo salió de su empleo con el objetivo de realizar una compra en la zona comercial donde se produjo la terrible explosión el pasado lunes 14 de agosto del año en curso.
Junto con otros familiares de víctimas, Teodoro acudió a la Gobernación de San Cristóbal, el escenario donde el Gobierno comenzó el reparto de la primera ayuda financiera destinada a los afectados por el lamentable suceso. A pesar de esta asistencia, la angustia de no saber nada sobre su hijo eclipsa cualquier consideración material.
"No estamos interesados en el dinero, lo que queremos es información sobre nuestro hijo. Estamos en vilo, aguardando cualquier actualización sobre su situación", declaró angustiado cuando se le notificó que recibirían un bono de 50,000 pesos. La incertidumbre sobre el destino de Manuel agrava la ya dolorosa circunstancia a la que se enfrentan.
El Ministro de la Presidencia, Joel Santos, junto con la Gobernadora de San Cristóbal, Pura Casilla, lideraron la entrega de estos fondos. Si bien las autoridades han expresado su deseo de brindar apoyo económico a las familias, para Teodoro y otros padres en su misma situación, la verdadera necesidad es localizar a sus seres queridos, vivos o muertos, y obtener respuestas claras.
Se anunció que la primera ayuda económica se llevará a cabo prontamente, y será complementada con un bono adicional de 20,000 pesos que se mantendrá hasta diciembre.
Cabe destacar que la explosión en el establecimiento comercial dejó un total de 32 muertos, de acuerdo con lo reportado por el Centro de Operaciones de Emergencias. Hasta la fecha, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) ha identificado a 13 de los fallecidos y ha entregado 11 cuerpos a sus familias respectivas. El Ministerio de Salud Pública ha informado que, de los 59 heridos, solo cuatro continúan hospitalizados, mientras que los demás están en proceso de recuperación.
La tensión y la incertidumbre persisten en San Cristóbal, donde las familias devastadas por este trágico evento buscan tanto respuestas como apoyo emocional.