Se salva de milagro

La tragedia que sacudió San Cristóbal dejó historias que demuestran el poder del instinto de supervivencia y la fuerza del espíritu humano. Carlos Germán es uno de los testimonios vivientes de este trágico evento, cuyo relato de su experiencia pone de manifiesto la rapidez con la que pueden cambiar las circunstancias y la valentía que surge en medio del caos.

En medio de una jornada laboral, lo que parecía ser una tarea rutinaria para Germán se transformó en segundos en una lucha por su vida. La explosión, que devastó edificios y causó pérdidas humanas, no lo alcanzó de lleno gracias a la ubicación en la que se encontraba y a su rápida reacción.

A pesar de las heridas y la pierna fracturada, su determinación para escapar del peligro fue esencial para su supervivencia. La imagen del portón caído y el humo espeso que relató son el recordatorio palpable de la magnitud del desastre.

Como Germán, son muchos los que llevan consigo las marcas físicas y emocionales de ese fatídico día. Su historia y la de otros sobrevivientes son un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la resiliencia del espíritu humano ante la adversidad. Es esencial que estas personas reciban el apoyo y la atención necesaria para superar este traumático evento y reconstruir sus vidas.

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